lunes, 15 de agosto de 2016

La plaza...


La plaza está vacía.
Acaso llueve para desenterrar el tiempo.

El día muere acribillado de un agua que no cesa
dejando en su estampida un rastro
de puntos suspensivos
por la enramada transparencia.

Alguno que otro vuelo lo despide.
Todo baja. El polvo también cae.
Se apaga entre los brillos de la noche que surge
adoquinada de lunas servidas en los charcos.

Recostadas al pretil de sus orillas
las lenguas del silencio se las beben.

La plaza está.
El resto nunca estuvo.


Martha Jacqueline
Del poemario: "Topografías del silencio"