viernes, 26 de agosto de 2016

Las celdas...



No se puede escapar.
Cada hombre es una mina de tiempo
sembrada en la ciudad,
como un reloj de sol
que se proyecta contra el piso.

Camina cocido al minutero de su sombra
que le marca los segundos en corro,
mientras él, ajeno a lo que es,
se piensa hombre que camina.


Martha Jacqueline
Del Poemario: Topografías del silencio.