martes, 28 de junio de 2022

La pintura abstracta contemporánea de Carrie Moyer, Estados Unidos.



Carrie Moyer es una artista y escritora. Su trabajo ha sido ampliamente expuesto, tanto en Estados Unidos como en Europa. Los museos incluyen la Bienal Whitney 2017, y una encuesta itinerante, Carrie Moyer: Pirate Jenny, que se originó en el Museo Tang en 2013. 

Moyer ha recibido premios de las fundaciones Guggenheim y Joan Mitchell, Anonymous y Creative Capital, entre otros.





miércoles, 22 de junio de 2022

Carta del soldado (poema)…



   
Compañera…
amo la parte de mí que tú habitas
sosteniendo mi canto con tu voz.
Quiero vivir amando la hermosura
que me florece interminable
en las profundas líneas de tus manos.

Paloma mía…
mi mundo está hambriento de tu risa
y tus ojos verdes son lo único que tengo
para barrer lo oscuro de esta prisa.

Aún te veo venir en la distancia
con el fusil al hombro
reteniendo en tu sangre
la parte de guerra que me toca.

(Mi herencia será tuya…
yo la pondré a tus pies para que tú la vivas)

martes, 21 de junio de 2022

21 DE JUNIO...


Yo nací bajo la influencia
de cierto signo sagrado ungido por la magia
de una antigua leyenda,
me alumbró un sol de junio
con la gracia del cielo en el día más largo del año,
y aún llevo en mi frente la marca de los elegidos:
-ésos- que señala el destino
para cumplir el designio de la gran soledad.

De mi vida cargo el peso de un nombre
hecho a la medida de mi porvenir,
un sueño que se cruza de incógnito
por aquellos sitios que amo y no podré olvidar,
un destello de ilusión en pleno vuelo
que es como un "temblor de tierra" cuando aletea por mi boca
sellada para siempre con un beso de amor,
y una historia que pasa estremecida
por los ritos que pinta el verde de mis ojos
en el cortejo de mirar.

jueves, 16 de junio de 2022

LA POESÍA DE ÁNGELA FIGUERA AYMERICH: "GUERRA"⭐


Lo supe siempre. Al percibir la vida 

doblárseme en el seno, al golpearme 

un pulso repetido por las venas,

lo supe: concebía hacia la muerte.


El Otro, aquel que hallé en el Paraíso, 

aquel a quien fui dada el primer día, 

dormía en paz ceñido a mi costado. 

Ajeno a mi pasión no interpretaba

mi vientre henchido ni mi paso lento 

ni preguntó jamás por qué mis ojos 

incrementaban su terror oscuro

bajo la luz de sucesivos soles.


Dos veces fui llenada de misterio: 

Caín crujía en mí. Me trituraba. 

Con su sabor agriaba mi saliva.

Abel me fue muy dulce. Como el zumo 

de los maduros higos en verano,

se diluía en mí, sabía suave.

Jamás dobló su peso mis rodillas.