Hay
amores que guardan una dulzura dolorosa.
Uno
puede pensar que se han ido,
que
han muerto para siempre,
que
la vida urdió todo y nada hasta desencontrarlos,
y
tememos nombrarlos para que no se desangren.
Porque
el recuerdo es peligroso… un arma intensa,
en
ocasiones, más temible que el olvido.
Se
piensan apuntalados sobre los restos del pasado,
propensos
a la arquitectura del derrumbe,
desterrados
a las entrañas de la tierra,
mudos,
maniatados, con los ojos vencidos,
debatiéndose
en los entresijos del fin inevitable
en
medio de un antes y un después irrepetible.
Pero
los grandes amores no acaban nunca,
sus
historias no se deshacen, ni se borran.
Pudiera
parecer que mueren… pero renacen.
Aunque
uno alguna vez tema nombrarlos
y
guarden para siempre esa dulzura dolorosa.
Martha Jacqueline
Del Poemario: "Si no fuera de ti".