martes, 28 de junio de 2016

La última canción...



Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera

La última canción que se me ocurra debe ser
creo que debe ser romántica
una canción sentimental que lleve tanto amor
que bañe el corazón de lágrimas”
(Polo Montañéz)














Y digo Polo… y digo patria. Y decir patria es pactar con la tierra, la misma, que un buen día se encela, se yergue y nos arrebata como cosa propia. Polo ya no está, porque ella vino y lo acunó en su vientre… quiso llevar hasta su médula el hechizo de su armonía deliciosa. Pero no pudo callarlo, su voz aflora y burla sus entrañas, pues como diría Guillén: … “la lengua se le ha abierto como una semilla bárbara y ha expulsado un árbol gigantesco, un árbol duro, cargado de plumas y nidos”.
Y es que Francisco Borrego Linares, Polo Montañéz para su público, llegó para quedarse en el corazón de todos los cubanos. Brotó del monte, de un pueblecito rodeado de bosques y montañas, para legarnos un vendaval de letras nacidas al vuelo de los días, con aromas de yerbas, de campos, de mágico arsenal de identidad telúrica.
Nunca las raíces de un pueblo estuvieron tan bien representadas, ni se aunaron tantas generaciones en una sola voz. Nunca vi hombre tan orgulloso de ser cubano, ni tampoco vi cubanos tan orgullosos de saberse compatriotas de tal hombre.
Desbordaba en sencillez y simpatía, de ahí le nacía su grandeza.
Este guajiro natural, que comenzó golpeando los cueros de una tumbadora y luego descubriendo la guitarra, afirmaría que: “… entre las cuerdas y la percusión estaba el camino de la música cubana…”, lo que trazaría después como objetivo de vida.
Un fenómeno sin precedentes, así podríamos definir esa carrera meteórica que lo llevó a encabezar las listas de las radioemisoras del país en menos de un año, con el tema: “Un montón de estrellas”, desbancando, incluso, a las celebridades del momento. Pero Polo no solo conquistó a la isla, también gozó del favor unánime del público de Colombia, México, Costa Rica y otros países de Latinoamérica, y qué decir del encanto que ejerció en el viejo continente.
Su canción “Flor pálida” fue popularizada en 2014 por Marc Anthony, encabezando la lista de éxitos internacionales.
Indudablemente, la música popular cubana, tendrá un antes y un después de que Polo llegara a nuestras vidas. Sea pues, bien merecido este homenaje a tan entrañable hermano, cuya voz aflora y burla las entrañas de la tierra…