domingo, 23 de octubre de 2022

DESEARTE EN ABRIL



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Desearte en abril sin más propósitos 
que abrirme en flor azul para tu cielo,
colgar la soledad con esta blusa
que ya se gasta de tan puesta.

Prepararme la piel con el deseo
por si La Habana urge en tus ojos
y se hace rumbo de tu vuelo.
 
Bombear la sangre al corazón,
que se derrumba ya de solo.
Estrenar las rutas de la vida
en todo aquello que fue nuestro
y no deshacerme de nostalgia
cuando te me caes 
como ternura de las manos
o creces raíces de ilusión 
por sobre el pecho.

Decir te extraño,
amor,
en cada nunca de los ojos,
del lado de los llantos
y de los siempre
o en el gesto humilde de las cosas.

Creer 
a modo de quien urde tu presencia
como la luz 
que yo he llamado dicha
y diáfana hermosura de mis huesos.

A Outrance



No fue ligera la tierra de este siglo
sobre nuestras cabezas,
por más que soñáramos manotearle la suerte
lanzándose a morir
en cada una de sus puertas.

Todo pasó con la fugacidad de un parpadeo apenas.
Y aún hoy cierta señal del tiempo que pudo ser feliz,
acude a socorrer la idea de alguna vendimia memorable,
como cuando tramábamos lo añejo por la cuesta hacia siempre
de algún lunes de Abril,
o nos resolvíamos ya parte en la ecuación
de algún todo de Mayo.

Entonces creíamos tener todas las llaves.

Pero te fuiste yendo dentro de cada mí.
Por cada adiós
quedó un cielo privado de su albatros,
y alguien murió en todos y cada uno
de los rincones de mi mundo,
cada absurdo poeta que me naciste aquí:
entre el pecho y la ausencia,
entre el labio y el rezo,
antes de que te fueras.


Esteban D. Fernández

Sobre el autor: Yo soy un sueño, un imposible… vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpóreo, soy intangible…

viernes, 21 de octubre de 2022

Jean Delville: ¿El pintor olvidado? Una mirada desgarradora de los universos ocultos.




Ni las páginas de los muchos libros que se han escrito sobre historia del arte ni el mundo de la crítica parece recordarlo; y, sin embargo, las obras de Jean Delville siguen ahí, como una mirada hiperconcentrada y desgarradora de los universos ocultos, del pasado y del infierno. Con mucho de cristiano trágico enlazado a otro mucho de pagano, y con un delicioso sabor a gnosticismo, sus pinturas parecen deleitarse ante los hechos atroces y simbólicos, como los poemas de Baudelaire, de cuya escuela fue deudor. 


Jean Delville nació en la ciudad belga de Lovaina, trasladándose a Bruselas a los seis años. Ya adulto, vivió principalmente en el suburbio de Bruselas “del Bosque”, pasando también algunos años en París, Roma, Glasgow y Londres.


Desde muy joven su habilidad artística era excepcional.  Se formó académicamente en La Escuela de Bellas Artes de Bruselas en compañía de Eugéne Laermans y de Víctor Horta.
No obstante, en esta época comienza a mostrar una creciente pasión por las denominadas ciencias ocultas… dando un giro sustancial a su temática. 

jueves, 20 de octubre de 2022

TE MIRARÉ DE LEJOS



 Te miraré de lejos…
desde la isla que enmudeció con tu silencio
desde el silencio que aleccionó mi grito de nostalgia.

Sí… porque sentí nostalgia,
de esas que rozan de golpe la locura
enardeciendo los demonios de los cuerpos,
de las que no hay dragomán que las traduzca
porque jamás significaron un dialecto.

También tuve silencios… lo sabes,
alguna vez te bosquejé los escondrijos de mi alma
alguna vez existí donde no estuve
tal vez nunca me hallé… debe ser eso.

Te miraré de lejos…
desde la nostalgia que roza la locura
desde la palabra que habita en tu silencio.


Martha Jacqueline Iglesias Herrera
Del Poemario: “Si no fuera de ti”

miércoles, 19 de octubre de 2022

Lantana: donde nace el instinto... de Darío Vilas.



Hoy quiero hablarles de la primera novela que leo del escritor: Darío Vilas. Este es un autor del que supe a través del blog: Mentecreativa, de nuestro querido amigo Víctor Morata Cortado.

Es una novela de la que disfruté mucho su lectura pues su autor pulsa un quid dramático, un tono y un criterio de puesta en escena que lo cualifica de forma especial. A mi entender, se nos presenta como una angustiosa parábola sobre la animalidad y la incivilidad del ser contemporáneo en un mundo duro y adverso. A través de la historia podemos ir sintiendo los temores, la soledad, la angustia… los hondos mundos interiores de sus personajes. Por medio de la narración asistimos también a presenciar aquellas figuras que indican transición: trenes, escaleras, espejos, mudanzas. Presenciamos igualmente esos sueños pequeños, inmediatos, tan precarios como las vidas que los suscitan. El autor nos muestra emociones feroces captadas con miradas sutiles.

Todo comienza con la despedida de una infancia hecha de olvidos, de esa indiferencia que a veces acompaña en forma callada todo lo que nos rodea. Y a la que deseamos otorgarle una vida que revierta el ruido de ese pasado dormido.

TÚ NO SABES QUIÉN SOY


Tú no sabes quién soy…
y, sin embargo, hay tanto de ti misma que me nombra
cuando me renuevo en un perfume,
en la pluma de algún pájaro debajo de tus sábanas,
en el candil que proyecta mi sombra contra el muro,
en un rumor de pasos…

Tú no entiendes mis modos de partir ni de llegar…
no puedes comprender que desde mi frontera también eres incógnita,
materia imposible y rebelde a los caprichos de la luz,
pero siempre llenas mis ojos con tu fuego hasta hacerlos temblar en una lágrima.
Desde este lado también eres aquello que se invoca,
idioma intraducible de los límites, fractura y humo del sueño que se llama,
mientras caigo, desnudo, por la grieta sin términos que abre la nostalgia.

Yo soy como la estrella que te alumbra pero que ya se ha apagado,
cauce seco del río, anónimo ademán de la costumbre,
corsario al que salvaste del mezquino saldo de un naufragio.

¿Será por incorpóreo, por exiguo, por sueño, por efímero?