“Mientras trabaja en la
restauración del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, Julia Álvarez
recibe una noticia devastadora: su marido ha sido secuestrado en una región
montañosa del noreste de Turquía. A partir de ese momento, Julia se verá envuelta
sin quererlo en una ambiciosa carrera por controlar dos antiguas piedras que,
al parecer, permiten el contacto con entidades sobrenaturales y por las que
están interesados desde una misteriosa secta oriental hasta el presidente de
los Estados Unidos”.
El Ángel Perdido es la tercera novela que leo del escritor español: Javier
Sierra, y la segunda de sus obras a la que dedico un espacio en la sesión de
Reseñas de este blog. Debo decir, que Sierra es un autor que nunca decepciona a
sus lectores, pues cada trabajo que brota de su inspiración se convierte en un
espectro de posibilidades inimaginables para la más febril imaginación. Aunque
el autor ha planteado que siempre trata de ambientar sus obras sobre escenarios
y trasfondos históricos reales, siempre deja una brecha abierta para indagar
sobre el lado oculto de la historia, ese que nadie se atreve a desnudar, quizá
por miedo a los convencionalismos, lo que hace que a veces los métodos de
Sierra no sean demasiado ortodoxos. Y precisamente esto es lo que más aprecio
de sus novelas: la transgresión de los límites en su búsqueda personal y
literaria.
El Ángel Perdido tiene como
referencia de su trama a John Dee, que como muchos conocen fue uno de los hombres
más eruditos de su época. Matemático, astrónomo, astrólogo, ocultista, mago y
consultor de la reina Isabel I, Dee dedicó muchísimo tiempo en los últimos treinta
años de su vida para comunicarse con los ángeles a fin de aprender el lenguaje
universal de la creación. Consideró que todas sus actividades: investigación
matemática, estudio de la magia hermética, adivinación e invocación de los
ángeles, eran diferentes facetas de una misma búsqueda.
Es importante señalar que para Dee, Edward Kelly, fue una pieza clave en su
investigación, pues a través de este ocultista inglés que hacía las veces de médium
comenzó a invertir todas sus energías en propósitos sobrenaturales. En “El
Ángel Perdido” podemos encontrar gran paralelismo entre Kelly y la protagonista
de la novela: Julia Álvarez. Dee siempre sostuvo que los ángeles le dictaron
gran parte de sus libros de este modo, en un lenguaje angelical o que él llamó:
enoquiano.
En fin, “El Ángel Perdido” me ha parecido una excelente novela. Noia y Noé, Aro y Ararat son
parentescos que el mismo lector descubrirá en su travesía desde las obras de
John Dee a las de Ignatius Donnelly, pasando por el Libro de Enoc o la
Epopeya de Gilgamesh. Es una novela
que recomiendo a todos aquellos que buscan la indagación de una comprensión
trascendente de las formas divinas que subyacen el mundo invisible.
Martha
Jacqueline Iglesias Herrera
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