martes, 22 de diciembre de 2020

Una realidad aparte...

 


La diferencia entre "mirar" y "ver" consiste básicamente en que "mirar" es poder confirmar a través de nuestra vista que el mundo es tal como nuestra razón nos dice que es, y "ver" es la capacidad del hombre de conocimiento para percibir, no necesariamente con la vista, la otra realidad. Una vez que un hombre aprende a ver, se halla solo en el mundo.

 

Un vuelco al corazón...



A Rosario Castellanos

Un vuelco al corazón…
¡qué tan precoz la hora de saberte!
Urdiste el grito en el susurro de adivinar el polvo
tenaz sobre tu vida ausente
en la mudez de alguna línea de futuro.
Cómo abolir tamaño espanto,
el sortilegio de lo roto,
unir aquello vencido de la luz
sin desgajarte rehén
del resplandor huido de tu infancia.
Tantas cartas Rosario, tanto asilo en el sueño,
cuánta palabra volaste de tu sangre
para llevar el verso;
no era feliz al tacto acopiar tanta espera,
ir refundando la nostalgia,
silenciarte el pulso doliente de querencia.
Marcada en el suspenso un día te dormiste,
rendida en una chispa, lívida,
dueña de tu destino fulminante,
desde siempre.



Poema leído por cortesía de la administración de Salamaga en:
www.voznochedealma.com

Poetas sin fronteras el 14-09-09

jueves, 10 de diciembre de 2020

LA CASA DE BLEIZ



(Fragmento)

Se llamaba Ruzzo. Lo trajo un pescador, el mismo que lo atrapó robándose unas hortalizas en la parcela aledaña a la comisaría. Otro hijo olvidado del Cerro de San Juan, pensó la señorita Bleiz, mientras Cloe le preparaba un baño caliente con un poco de extracto de Castaño de Indias. Tenía el gesto arisco y la mirada huidiza, y su piel expuesta delataba las huellas del rigor sufrido a la intemperie. Poseía la edad suficiente para sobrevivirle a las callejas, pero muy corta aún para salvarse a sí mismo. 
 
Cuando Cloe lo sumergió en la tina, parecía aún más chiquito. Daba miedo apretarlo fuerte; despojado del chaquetón de invierno y de la mugre, destacaba un costillaje esplendoroso y una tez menos morena de lo que parecía. Contrario a los pronósticos, era manso en el agua; quietecito, se entregaba al beneficio de la esponja que la señorita frotaba suavemente por su cuerpo. Y, mientras su curiosidad reconocía el lugar, cierta adaptabilidad iba borrando el ceño de su frente. En vano trataban de adivinar el color de aquellos ojos irritados por la espuma y los vapores que empañaban los espejos; pero, a juzgar por cómo vagaba su mirada, no era difícil intuir el tono de una pueril melancolía.   
 
Luego de desaguar la tina y limpiar la suciedad, Cloe salió precipitada, gruñendo por lo bajo, a servir la cena. Entretanto, Ruzzo se hallaba sentado al borde de la cama envuelto en una manta y la señorita, hincada de rodillas frente a él, le examinaba las viejas cicatrices que cubrían sus manos, sus brazos y sus piernas. Miraba aquellas marcas que le hablaban; ella entendía aquel lenguaje, sus gritos y silencios. Luego de aplicarle tintura de árnica en las zonas rosáceas, ya libres de postillas, lo abrazó con cariño y le besó la frente. Desconcertado, el niño quedó rígido, con los ojos atónitos, estremecido por ese arranque de ternura que le era tan ajeno. No obstante, casi que se dejó mimar y peinar y vestir, como si aquello fuera algo que no le sorprendiera. 
 

HABANA





Cuando en el suelo aún no se dibujan sombras,
y quedan vestigios de humedad en los árboles,
amo el andar por ti… mi Habana.

Es que en ese instante tan efímero
donde vas despertando poco a poco
y tu entumido cuerpo que reposa
va entreabriendo sus párpados cerrados
es cuando aspiro y hueles a esos siglos
de suave aroma y resplandor innato.

Ya en tus ojos abiertos no hay descanso,
pero… qué grato recorrerte toda
sin límites de tiempo y de distancias,
marcando el paso por tus puntos cardinales
la multitud que fluye en tus arterias
te da esa vida… como a ninguna otra.

Habana Vieja y Colonial, eres historia,
perpetuamente en tus muros desdoblada,
no existe ni un rincón que no conozca
de tus claroscuros detallados,
porque aún las luces que no hieren
las barriadas de tu seno marginadas,
no magullan ni restan a tu encanto,
la belleza febril que te acompaña.

lunes, 16 de noviembre de 2020

EL FUEGO DE TU EMBRUJO

 (La lluvia se muere gota a gota

el beso se me cae entre los labios,

tu piel -a punto- resbala por mi boca

y tu lengua es un potro desbocado).

 

Aquí te espero en la esquina del frío

en esta noche de otoño demorada

probándome tu nombre como abrigo

y cosiendo tu abrazo en mi almohada.

 

No importa que muera de algún celo

ni de mirar tus ojos tan desnudos,

si siempre vas viniendo como quiero

quemándome en el fuego de tu embrujo.

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

TENGO

 

Tengo un pecado maduro, casi fiero,

desnudándome el cuerpo… mi guerrero,

con un vicio de fuego milenario.

 

Tengo tu boca mordiéndome la carne,

rozándome -de sur a norte- la locura,

tengo un gusto en la piel que sabe a amarte,

que se quedó prendido en mi cintura.

 

Tengo tu nombre clavado en la garganta

y un beso que de lejos me perdura,

un te quiero sahumado por las horas

y tu abrazo que la calma me procura.

 

Tengo este verso hilado por el viento

en el pecho de estar, en tu figura,

tengo una sed de siempre y yo sí puedo

atentando con el goce a tu cordura.