martes, 7 de febrero de 2017

Poema...



Coleccioné tus poses
y tuve sed de la memoria,
coleccioné tu olor
y tuve miedo de la lluvia,
coleccioné tus besos
y alejé todas las bocas,
me guardé tu mirada
y fui ciega por no mirarme
en otros ojos.
Era necesario guardarte
para hundirte
en la hora de la fuga
de mi rostro.

Helen Juliet Daisaku
Del Poemario: Minuet en la soledad.

viernes, 3 de febrero de 2017

De Carlos Valera: Guillermo Tell...




Carlos Varela (nacido el 11 de abril 1963 en La Habana) es un músico y cantautor cubano fiel exponente de la nueva trova cubana de los últimos tiempos. De la generación de Santiago Feliú, Gerardo Alfonso y Frank Delgado la cual es posterior a la de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, etc., tomándolos a estos como referentes para sus temas, entre ellos, Monedas al aire, Como los peces, Tropicollage, Lucas y Lucía, etc., pero con un toque más actual con respecto a sus tiempos y tratando por sobre todo temas sociales actuales de la Cuba de hoy, teniendo algunos problemas con el régimen político por sus letras que, si bien no se muestran totalmente opuestas al régimen cubano, hablan en muchas ocasiones de los principales problemas sociales, económicos y políticos que azotan a su país.
Sus actuaciones se suceden por Canadá, España, México, Venezuela, Panamá, Colombia, Chile, Suecia, Dinamarca, Estados Unidos.
El 8 de diciembre de 2006 ofreció un memorable concierto en el estadium del centro recreativo "José Antonio Echeverría" en La Habana el cual estuvo dedicado al 26 aniversario de la muerte de John Lennon y también al 28 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Varela tocó durante casi dos horas bajo las inclemencias del tiempo. "Bendita lluvia" dijo Varela y siguió protagonizando uno de sus conciertos más memorables de la actualidad.

jueves, 2 de febrero de 2017

Renacer...





Sobre nuestros cuerpos vertieron
las copas del abismo,
ungiendo en cada frente un aceite de penas
inmiscible a la dicha.

Y lenguas afiladas fueron dagas glaseadas
que cortaron de pronto, el hilo del camino.

Al cambiar el destino
fuimos cayendo a un vacío distante,
que fue hiriendo los ojos
mutilando los cuerpos
aguzando gemidos…
y entonces vino el miedo de no saber andar
al no hallar lo perdido.

Nos fue abrazando el cuerpo de inexorable trampa
que ahondó en nuestros espíritus,
más no hay filo cortante que haga raya a un diamante
siempre que sea auténtico.

Por eso no cegaron nuestros ojos amantes
ni de los corazones cesaron los latidos,
que aún con los huesos masacrados y rotos:
polvo del polvo… renacimos.


Martha Jacqueline
Del Poemario: "Estirpes y Credos"