(La lluvia se muere gota a gota
el beso se me cae entre los labios,
tu piel -a punto- resbala por mi boca
y tu lengua es un potro desbocado).
Aquí te espero en la esquina del frío
en esta noche de otoño demorada
probándome tu nombre como abrigo
y cosiendo tu abrazo en mi almohada.
No importa que muera de algún celo
ni de mirar tus ojos tan desnudos,
si siempre vas viniendo como quiero
quemándome en el fuego de tu embrujo.