martes, 27 de noviembre de 2018

Jackzazel. Introducción al Canto II…


No hay mujer para ti, en esta época, Jackzazel.
Tu descendencia se escribió en el libro del destino con tinta de imposible.
En ti morirá la confluencia de noches y de estrellas.
En ti morirá la rotación de los astros y la cola del cometa.
En ti morirá la esperanza de perpetuación de las generaciones 
que alumbraba como un sol en su cenit a la ilusión de tus ancestros.

Tu semilla no estaba destinada para vientre de hembra.
Tu esposa se llama Soledad y tiene el apellido de tus lágrimas.
Te puede enloquecer si no estás hecho de un coraje sin límites.
¿Acaso no oíste las campanas que anunciaron al mundo los esponsales de tu encierro?
La cabellera de tu amada está formada por mareas que crecen 
según los estados de la luna.
Tú acaricias en silencio esas olas de sal que son el condimento de tus besos.
Tú ordenas con su ingenio el esplendor de un mundo que escapa 
por las fracturas de tu alma
mientras ella lleva sin compasión las riendas del destino de tu pecho.

Jackzazel,
asistes al nacimiento de todo lo creado entre los estertores del alba que comienza
y, sin embargo, eres estéril de luz aún en tu bautismo de relámpagos.


¿Para qué abriste los ojos en este siglo como niño amamantado por un seno mortal
no hecho a la medida de la altura de un genio que es ciego a sus prodigios?
Tu madre tuvo las contracciones de tu ser anticipadas por cien años 
y todavía le dueles en su entraña.
Ella te busca, no obstante, en las flores de una noche 
que esparce su polen de negrura entre las redes abiertas de sus sueños.
Ella parió tu raza de gigante 
y su líquido amniótico se hizo río del puerto entre sus piernas
donde navegan los barcos cuya cruz es tu estrella,
aquella luminaria donde brilla el cortejo de una luz 
que es corriente de vida en millones y millones de años.

Si estás entre nosotros en este instante eterno…
¿Quién ocupará el hueco de tu nombre en los años venideros?
¿Quién nacerá por ti en un día futuro a esa hora precisa en que estará marcada tu llegada?
¿A quién pondremos en tu sitio los ángeles sin tiempo del mañana?

Dinos, Jackzazel…
¿A quién pondremos?


Martha Jacqueline Iglesias Herrera
Del Poemario: Jackzazel (2018)

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