Ni
oculta ni confesa.
No
elijo ni proclamo aquello que no nombra
mi
luz ni mi silencio,
ni
el sueño que despierta con ojos azorados
-licenciando
la brea de la palabra trunca-
girándose
en sí mismo
en
busca de un dios que lo sostenga.
Si
acaso ves que oriento mi nostalgia
que
mis ojos atentos impiden tu caída,
que
paladeo esta fábula entre el aliento
de
los mostos amargos y perdidos
-que
ni añejos afloran su estirpe de sarmientos-
ni
pienses que te sigo.
Si
acaso y tienes tiempo,
ve
como salgo de mí para llorarme –para llorarnos-
en
este acaso abisal e imperdonable
que
abrazó la suerte de aquel Kursk,
en
las tantas batallas rendidas sin pelearse,
en
la esperanza hecha bandera pisoteada que levanto
-contracorriente…
de cara al mundo-
en
la sangre que se pierde cada día sin sangrarse,
en
las voces que aislaste y que volviste sombras…
cuando
éramos la luz,
la
luz inapagable de un "faro" que sostengo
-a
duras penas- en nombre de la "Historia".
Nota: K-141 Kursk fue un submarino nuclear de la Armada de Rusia.
El 12 de agosto de 2000 sufrió un naufragio, donde se hundió durante un ejercicio naval en el mar de Barents con 118 tripulantes a bordo. La operación de rescate internacional fracasó y no hubo supervivientes. Es considerada la mayor catástrofe naval de la historia postsoviética.