viernes, 25 de diciembre de 2020

Autodefensa Psíquica

 

Vivimos en medio de fuerzas invisibles de las que percibimos únicamente sus efectos. Nos movemos entre formas invisibles cuyas acciones muy a menudo no percibimos en absoluto, aunque podamos ser afectados muy profundamente por ellas.

En este lado mental de la naturaleza, invisible a nuestros sentidos, intangible a nuestros instrumentos de precisión, pueden ocurrir muchas cosas que no están sin su eco en el plano físico. Hay seres que viven en este mundo invisible como peces en el agua. Hay hombres y mujeres con mentes entrenadas, o aptitudes especiales, que pueden entrar en este mundo invisible como un buzo desciende al lecho del océano. Hay también tiempos en los que, como le ocurre a una tierra cuando los diques marinos se rompen, las fuerzas invisibles fluyen sobre nosotros y empantanan nuestras vidas.

 

La lucha contra el demonio

 

Todo espíritu creador cae infaliblemente en lucha con su demonio, y esa lucha es siempre épica, ardorosa y magnífica. Muchos son los que sucumben a esos abrazos ardientes ‑como la mujer al hombre‑; se entregan a esa fuerza poderosa, se sienten penetrar, llenos de felicidad, para ser inundados del licor fecundante. Otros lo domi­nan con su voluntad de hombre, y a veces ese abrazo de amorosa lucha se prolonga durante toda la vida.

Ahora bien, en el artista, esa lucha heroica y grandiosa se hace visible, por decirlo así, en él y en su obra; y, en lo que crea, está viva y palpitante, llena de cálido aliento, la sen­sual vibración de esa noche de bodas de su alma con el eterno seductor. Sólo al que crea algo le es dado trasla­dar esa lucha demoníaca desde los oscuros repliegues de su sentimiento a la luz del día, al idioma.

Cuando el demonio reina como amo y señor en el alma de un poeta, surge, cual una lla­marada, un arte característico: arte de embriaguez, de exaltación, de creación febril, un arte espasmódico que arrolla al espíritu, un arte explosivo, convulso, de orgía y de borrachera, el frenesí sagrado que los griegos llama­ron pavta y que se da sólo en lo profético o en lo pítico.

Inteligencia espiritual


Se necesita coraje y ser abierto para conseguir autenticidad. Ser capaz de decirte a ti mismo y al mundo, ´Te guste o no, este soy yo,´ y después vivir esa verdad. Pero una vez que aceptas tu humanidad, la integridad no es nada difícil. No se trata de ser perfecto o infalible; todos hemos cometido errores. Sólo podemos hacerlo lo mejor posible y aprender de nuestros fallos, para que podamos hacerlo mejor la próxima vez.

 

 

 

jueves, 24 de diciembre de 2020

Las enseñanzas de Don Juan

Un "aliado" es un poder que un hombre puede traer a su vida para que lo ayude, lo aconseje y le dé la fuerza necesaria para ejecutar acciones, grandes o pequeñas, justas o injustas. 

Este aliado es necesario para engrandecer la vida de un hombre, guiar sus actos y fomentar su conocimiento. De hecho, un aliado es la ayuda indispensable para saber.

Un aliado te hará ver y entender cosas sobre las que ningún ser humano podría jamás iluminarte.

Un aliado es un poder capaz de llevar a un hombre más allá de sus propios límites. 

Así es como un aliado puede revelar cosas que ningún ser humano podría.

 

martes, 22 de diciembre de 2020

Una realidad aparte...

 


La diferencia entre "mirar" y "ver" consiste básicamente en que "mirar" es poder confirmar a través de nuestra vista que el mundo es tal como nuestra razón nos dice que es, y "ver" es la capacidad del hombre de conocimiento para percibir, no necesariamente con la vista, la otra realidad. Una vez que un hombre aprende a ver, se halla solo en el mundo.

 

Un vuelco al corazón...



A Rosario Castellanos

Un vuelco al corazón…
¡qué tan precoz la hora de saberte!
Urdiste el grito en el susurro de adivinar el polvo
tenaz sobre tu vida ausente
en la mudez de alguna línea de futuro.
Cómo abolir tamaño espanto,
el sortilegio de lo roto,
unir aquello vencido de la luz
sin desgajarte rehén
del resplandor huido de tu infancia.
Tantas cartas Rosario, tanto asilo en el sueño,
cuánta palabra volaste de tu sangre
para llevar el verso;
no era feliz al tacto acopiar tanta espera,
ir refundando la nostalgia,
silenciarte el pulso doliente de querencia.
Marcada en el suspenso un día te dormiste,
rendida en una chispa, lívida,
dueña de tu destino fulminante,
desde siempre.



Poema leído por cortesía de la administración de Salamaga en:
www.voznochedealma.com

Poetas sin fronteras el 14-09-09