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martes, 21 de febrero de 2023

La poesía de Hermann Hesse: "ESCALONES".


Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad,

así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;

a su tiempo surge toda sabiduría, toda virtud,

más no les es dado durar eternamente.


Es menester que el corazón, en cada llamado,

esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,

esté dispuesto a darse, animado y sin pudores,

a nuevos y distintos desafíos.


En el fondo de cada comienzo hay un hechizo

que nos protege y nos ayuda a vivir.

Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,

atravesar espacio tras espacio

sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;

el espíritu universal no quiere encadenarnos:

quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos

escalón tras escalón.


Apenas hemos ganado intimidad

en un morada y en un ambiente, 

ya todo empieza a languidecer:

sólo quien está pronto a partir y peregrinar

podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.


Aun la hora de la muerte acaso nos coloque

frente a nuevos espacios que debamos andar:

las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...

¡Ea, pues, corazón, arriba! ¡Despídete, estás curado!

jueves, 16 de septiembre de 2021

Demian de Hermann Hesse (descarga gratuita)




«Demian»

Siendo «alemán», no es provinciano. Inolvidable el efecto electrizante que tuvo inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial el «Demian» de aquel misterioso Sinclair, una obra que con impresionante precisión dio en el nervio de la época y arrastró a un entusiasmo agradecido a toda una juventud, que creía que de sus filas había surgido un portavoz de su sentir más profundo (y era un hombre de ya 42 años el que le daba lo que necesitaba).  Thomas Mann

Apuntes de Hermann Hesse sobre la obra


«Demian»
(1919)

 De todas partes me piden que explique por qué no publiqué el «Demian» con mi propio nombre, y por qué elegí precisamente el seudónimo Sinclair.
 Como algunos periodistas han averiguado mi paternidad literaria y han destruido mi pequeño secreto, confieso ser el autor de la obra. Pero no puedo ni satisfacer ni aceptar los deseos de revelación y explicación sicológica sobre el origen del «Demian» y las razones de su seudonimidad. La crítica tiene el derecho de analizar al escritor hasta donde pueda, también tiene el derecho de tildar de tontería y llevar a la luz de la discusión pública lo que para el escritor es importante y sagrado. Pero ahí se agotan sus derechos. Sobre los secretos, hasta los que no llega la crítica, el poeta sigue teniendo su propio derecho, que sólo él conoce, su pequeño y bien guardado secreto.