miércoles, 22 de septiembre de 2021

El sacudón del espejo...

Cuando intuyo tu silueta entrándole a la ceguera de mis ojos,

ruge el viento,
el viento…
hermano de los senderos que da sentido a mis pasos,    
y me vuelvo entonces posible de llegar hasta tu cuerpo.

Y soy semilla en tu vientre,
minúsculo germen de la geografía inconfesa
que me dibujan tus años,
y soy esto,
un poco menos que nada,
un sacudón del espejo dándole muerte a la ausencia,
un arma de luz servida para hacer justa, paloma,
esa batalla que da sentido a mi vida.

Beso el cruce final de tu pulso y mi poema,
me arrodillo ante este sueño, y los beso,
como mismo doy el labio a la noche del encuentro…
y soy el verso en tus manos,
verso largo pa´ sentirte y que nadie más te sienta.

Una hebra de tu pelo se me hace toda la historia,
y es tan profunda como el surco que me dibujan tus lágrimas.
Acaso sepas.

Tu ignorancia me hablará de aparecidos y duendes
por las calles de tu vida,
pero son sombras de paso, mujer, nunca lo olvides,
serán mi excusa callada
para guerrear tu mirada -por la ruta de mi alma-
y hacerla mía.

Esteban D. Fernández
Del libro: "Desde la amante sombra".

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