Con Siervos de la Guadaña asistimos a una nueva etapa como escritor de Víctor Morata. En la obra se aprecia su madurez literaria y su crecimiento como autor.
jueves, 19 de mayo de 2022
Siervos de la Guadaña por Víctor Morata
miércoles, 18 de mayo de 2022
LA RENUNCIA
He renunciado a ti. No era posible
fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella…
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba…
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo.
Como el que ve partir grandes navíos
con rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes.
Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
lunes, 16 de mayo de 2022
HEMBRA DE TIERRA Y TIERRA
No te digo paloma, ni princesa, ni reina,
sino mujer de tierra, hembra de tierra y tierra,
compañera de besos, compañera
de mi revolución y de mi guerra.
Te llamo barro de mi alfarería,
surco de mis labranzas coloradas,
pradera en que galopan mis caballos
con las crines heridas y quemadas.
Mujer tendida en medio de la tierra
te llamo y te rodeo con mis brazos,
como si fueras trigo de mis eras
y raíz de mis besos y mis pasos.
No doy contigo pensativamente
sino luchando con tu cabellera,
y golpeando mi vida leñadora
contra tu corazón y tu madera.
CARLOS CASTRO SAAVEDRA (COLOMBIA-1924)
Vladimir Clavijo: Sensualidad y sexualidad.
domingo, 15 de mayo de 2022
EL ESPÍRITU DEL LINCE DE JAVIER PELLICER…
sábado, 14 de mayo de 2022
HAY EN LA INTIMIDAD UN LÍMITE SAGRADO
Hay en la intimidad un límite sagrado
que trasponer no puede aun la pasión más loca
siquiera si el amor el corazón desgarra
y en medio del silencio se funden nuestras bocas.
La amistad nada puede, nada pueden los años
de vuelos elevados, de llameante dicha,
cuando es el alma libre y no la vence
la dulce languidez del goce y la lascivia.
Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,
y a quienes lo trasponen los colma la tristeza.
¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón
no late a ritmo debajo de tu diestra?
Anna Ajmátova (RUSIA-1889)
Traducción de María Teresa León