lunes, 22 de mayo de 2017

Poema...



…y cuando no sepa el rastro, habré ido demasiado lejos,
quizá no haya forma de quedar rondando entre las viejas palabras,
quizá un poema no haya sido suficiente, ni cien, ni todos,
como no lo tuvo Pablo, como no lo dijo Julio, como Jorge Luis calló en los ojos…

…y el sol que muerde los párpados,
y la luna que los carcome despacio con su cera aguardentosa…

callo también en mi sombra, amanecido sin juicio y sin ventana
en la emoción astillada de la historia que nunca quiso el latido del suicida
y se hundió el puñal al fondo de la carne, pa’ que no la rompa el frío,
pa’ irse en sangre caliente y terminar la batalla…
si cuando muere el guerrero acaba el filo de su hambre,
si cuando muere la hambruna ya no hay vida, ni ganas, ni sueños,
prefiero la chuza fiera cuando todavía existo,
antes que dejarme roña en los basurales viejos y abichados de la suerte
que con más roña me propuso arriar banderas, escupir pájaros al viento, andar sin luna…

…callo en los ojos, callo en las manos… el silencio no es olvido,
sólo es guardar el recuerdo pa’ morir con lo mejor que te dije,
la única palabra digna de ser la vida y la muerte,
con su infinito misterio y su infierno de silencio… esa palabra callada,
que no se puede gritar, que no merece explicarse, que manda sobre el tiempo
y anda sin un poema… 


Horacio De Stefano

lunes, 24 de abril de 2017

Te nombro...




Te nombro desde la soledad que no tengo
me acompaña un pueblo vivo en mis ojos
el cuadro de un amanecer pegado al vidrio
que abrí con nuestras miradas,
(la locura que heredé cuando alcancé a comprender
que estar cuerda es estar loca)
que allí, detrás del umbral, hay ciegos que
nunca ven sino en la noche profunda
y que hay olores nacidos del mismo surco
del viento, donde la siembra es el fruto
y el árbol crece en la ausencia.

Te nombro y miro un lirio y te toco
como te palpo en la piedra, en un milagro del barro,
en la frescura de un río, bajo la sombra de un croto,
y en la sonrisa te encuentro y en la tristeza te llamo
y allí en el cielo las nubes se leen como señales
del mismo tiempo de amor,
                                  del mismo beso en las tardes.


Martha Jacqueline

miércoles, 19 de abril de 2017

Poema XV...



Te llevaste mi libertad de ser…
el intento del sueño en la entrecalle,
                            el gesto de fragua,
                                         de volcán,
    que ceniza el motivo consumado;

partiste…
con mi bostezo a punto de nacer,
con el cansancio de sabernos tanto;

hiciste:
                  de mi duda una verdad,
                                    de la espera
                  la crueldad del regocijo,

y de toda —yo—
                   apenas —otra estrella—
       jugándose el oficio de alumbrar
                      tu noche inalcanzable.


Helen Juliet Daisaku