Memorial de la casa
vacía
Hay
una casa vacía que no espera a nadie.
Hay
un puente que nadie cruzará.
Hay
una espuma sobre la que ningún rayo de sol deja fulgor.
Hay
una mujer que me espera pero que no me conoce.
Hay
un sentimiento humano tapiado para siempre
sin
que ningún poeta descifre su terrible poder.
Hay
un rencor que no se da y una piedad que no se recibe.
Hay
un oscuro presentimiento en los huesos del que ansiamos
deshacernos
y sólo logramos avivar.
Hay
pájaros que confunden sus jaulas de hierro
con
espesos amaneceres
e
idiotas que piensan ser dioses
porque
tal vez en verdad lo son.
Hay
nubes y frutos desconectados de todo egoísmo
y
una ventana que sólo sirve para ignorar el mundo.
Hay
un cofre hecho para el vacío
y
una boca nacida para no ser besada.
Hay
una piedra que sueña con que jamás nadie estorbe su muerte.
Hay
una escritura cuya grafía es el secreto.
Hay
una piel hecha para que el mar la borre.
Y
hay quien sueña con un bosque solitario
junto
a una pradera solitaria
cerca
de una colina desde donde pueda oírse cantar el firmamento.