lunes, 25 de julio de 2022

No habrá más cielos...



Y ya no habrá más cielos. Y qué importa.
Y nadie esperará nuestra llegada.
Y alcanzaremos el lugar sin pena
donde no crece nada. Y pasaremos.
Pasaremos también como ese pájaro
que ahora atraviesa un cielo que termina.
Y perderemos todo lo que es nuestro,
vale decir los nombres, y qué importa.

La poesía de Juan Eduardo Cirlot (España)...


La obra cirlotiana nace con vocación de hermetismo. Se trata de mensajes enigmáticos que ponen a prueba la sagacidad de los lectores. Sólo los dotados de competencia en materias esotéricas, místicas o religiosas estarán en condiciones de elaborar hipótesis de sentido.

El Ciclo Bronwyn también tiene un origen cinematográfico. Nace del asombro que la proyección de El señor de la guerra de Franklin Schaffner en Barcelona en 1966 causó a nuestro autor. Se gestó en algo más de cuatro años y se compone de dieciséis libros, además de artículos, dibujos y esquemas (Cirlot, 2001). Al finalizar el octavo libro, Cirlot creyó que el ciclo estaba concluido. Pensó entonces que debía hablar a Bronwyn en su propio idioma. El resultado son las variaciones surgidas a partir de las cinco letras del nombre de la doncella céltica. Esa técnica la aplicará en Bronwyn n, z, x, y (1969-70), Inger. Permutaciones (1971) y las póstumas Variaciones fonovisuales (1972).

La variación tercera (Fig. 8) narra la historia de Bronwyn. Se trata de una secuencia de tres planos, que explica las transformaciones sufridas por el mito a lo largo del ciclo: de imagen de mujer a idea, a ángel, de ángel a visión de la Deidad (Cirlot, 2001: 27). El relato emplea los procedimientos visuales del caligrama, el ideograma y el diagrama (Muriel, 2004: 171-73).

lunes, 18 de julio de 2022

PARA LA LIBERTAD ❣️


Para la libertad sangro, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos,

como un árbol carnal, generoso y cautivo,

doy a los cirujanos.


Para la libertad, siento más corazones

que arenas en mi pecho dan espuma a mis venas;

y entro en los hospitales, y entro en los algodones,

como en las azucenas.


Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,

ella pondrá dos piedras de futura mirada,

y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan

en la carne talada.


Retoñaran aladas de savia sin otoño,

reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida;

porque soy como el árbol talado que retoño:

aún tengo la vida.

jueves, 14 de julio de 2022

Poesía de Enrique Lihn



PORQUE ESCRIBÍ


Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.
Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendía la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria-.
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces.
De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudaran
de mi existencia real
(días de mi escritura, solar del extranjero). 

sábado, 9 de julio de 2022

EL ENGASTADOR

 —¿Cree que me enseñe? —pregunté.

Por un instante no me creí capaz. En ocasiones, un fuerte ruido, el paso de una sombra lograban inquietarme.

—Todo depende de los mandatos del aire… no basta la magia del cariño, ni encauzar los ríos secretos de la sangre —afirmó con severidad—. Pero sí, tienes un espíritu muy fuerte que te protege, que amansa los caminos del tiempo para ti. Y tus poderes vienen de forma natural, puedo verlo en tu ánima. 


Unos alaridos venidos de lo profundo de la selva hicieron que Pujuy levantara el vuelo. El viejo se quedó pensativo, olfateando el aire. 

Luego me miró y sonrió:

—Debes acostumbrarte a identificar el peligro solo cuando existe. Estamos rodeados de puertas invisibles, inesperadas, abiertas únicamente para quien sabe verlas. Por ellas podrás pasar cuando la ocasión lo merezca. Solo que, al final de este viaje, debes estar preparada para que el mundo cotidiano no pierda ante tus ojos el filo de la novedad, porque de lo contrario no habrá nada bajo este cielo ordinario, el cielo de este lado del mundo, que pueda saciar tu espíritu. Quedarás enganchada a otras realidades a través de las Avenidas del Poder. En resumen, tu día a día podría tornársete muy complicado y desabrido —dijo tomando un sorbo del Kuscho.

viernes, 1 de julio de 2022

SHAMBALLA...




Detrás…
el cielo del mundo es una raya en la palma del tiempo
que se lee sobre el pecho de la eternidad.
El viento florece en las espigas.
Vistamos la penumbra de sencillo, 
la voz de lo profundo, en el umbral.



Distantes como el secreto de una señal anunciada
por el trigo que los difuntos siegan más allá de los campos
abismados en el estigma de murallas de hierro;

cercanos como las cenizas de la perpetuación que dictan al pie de los oráculos
el trazado de un espacio no revelado a lo que nacerá otra vez
en el seno de lo que habita en el aura sagrada del berilo;

mensajeros del tiempo que se levantan en la memoria de la gran añoranza
del otro lado del no estar con la visión inclinada hacia la sombra
de los que no beberán las aguas de Leteo ni dejarán algo de sí
en el umbral de cada puerta leída en las tablas de piedra de la diosa.

Barro animado que se eleva hasta los humos del altar,
leche de cabra que nutre los "siete pasos" hacia los puntos cardinales,
llamado desoído por la hierba que de la providencia crece
en un murmullo de ofrenda que esgrime el sortilegio de las constelaciones.