Hacía
mucho tiempo que tenía ganas de leer alguna obra de Matilde Asensi y “El Origen Perdido” me ha brindado esa
posibilidad. Ha sido una lectura muy instructiva pues nos acerca a la historia
del Imperio Inca.
Es
necesario señalar, mirando hacia atrás en el tiempo, que los primeros cronistas
tuvieron que enfrentar varias dificultades para poder reproducir la historia
incaica, ya que además de tener que superar la barrera idiomática, se
enfrentaron al problema de interpretar la manera de ver el mundo de una forma
totalmente distinta a como estaban acostumbrados. También es importante acotar
que sus diversos autores tuvieron sus propios intereses al escribirla: el de
los cronistas españoles fue legitimar la conquista, el de los ligados a la
iglesia católica fue legitimar la evangelización describiendo la religión
incaica como obra del demonio y el de los mestizos e indígenas fue ensalzar al
imperio.
El
“Origen Perdido” nos adentra en las
ruinas de Tiwanacu (es una antigua ciudad arqueológica, capital del estado tiahuanacota
ubicada en el Departamento de la Paz, Bolivia, a 15 km al sudeste del lago
Titicaca) donde se encuentra la Puerta del Sol que es conocida a nivel mundial
como la mejor muestra del grado de perfección que alcanzó esta cultura. La
novela hace referencia al mensaje inscrito en los bajorrelieves de la parte
superior del monumento que hasta ahora nadie ha podido descifrar y que se cree guarda
una fórmula para que no se extinga la humanidad.
Asensi
aborda diferentes temas de interés en “El Origen Perdido”, un punto de vista
interesante es cuando nos hace un llamado de atención al referirse a la lengua
aymara como la lengua perfecta: “una
lengua cuya estructura lógica es tan extraordinaria que parece más el resultado
de un diseño preconcebido que el de una evolución natural”.
Cabe
preguntarnos: ¿Sería posible que verdaderamente esta lengua estuviera diseñada
conforme las mismas reglas que se siguen hoy día para escribir lenguajes de
programación informática? ¿Qué creemos de la Teoría de la Evolución? ¿Aceptamos
sin más que el hombre proviene del mono? (Yo, particularmente, no me lo creo) ¿Aceptamos
la teoría del Creacionismo?
Si
el mundo está regido por la selección natural, entonces me pregunto: ¿por qué
los seres humanos con menos recursos se reproducen con más facilidad que
aquellos que han alcanzado un status de vida superior?
Charles
Darwin, de cierta forma, me responde con este fragmento de su libro: El
origen del hombre (1871), Parte 1, Cap. V, p.186.
“Existe
en las sociedades civilizadas un obstáculo importante para el incremento numérico
de los hombres de cualidades superiores, sobre cuya gravedad insisten
Grey y Galton, a saber: que los pobres y holgazanes, degradados también a veces
por los vicios se casan de ordinario a edad temprana, mientras que los jóvenes
prudentes y económicos, adornados casi siempre de otras virtudes, lo hacen
tarde a fin de reunir recursos con que sostenerse y sostener a sus hijos. [...]
Resulta así que los holgazanes, los degradados y, con frecuencia, viciosos
tienden a multiplicarse en una proporción más rápida que los próvidos y en
general virtuosos [...] En la lucha perpetua por la existencia habría
prevalecido la raza inferior, y menos favorecida sobre la superior,
y no en virtud de sus buenas cualidades, sino de sus graves defectos”.
En
fin, son muchas las preguntas que surgen luego de leer esta novela.
Ya
casi para concluir diré que “El Origen Perdido” me ha parecido una magnífica
novela. Asensi no deja la descripción de las virtudes de ambas épocas en un
segundo plano, como tampoco deja de la mano el universo de preocupaciones
existenciales que atormentan a sus personajes. Vemos que la Historia es
visitada como pasado íntimo de interés común y que podemos acercarnos a esa
matriz cultural en los vestigios arqueológicos y la iconografía de estos
pueblos antiguos cuyo esplendor cultural casi ha sucumbido en la noche de los
tiempos, pero no así en las mentes de aquellos que fueron dominados por la
fuerza.
Acá
les dejo una breve sinopsis:
Arnau Queralt es
un hacker y empresario informático cuyo hermano (Daniel) cae de repente sumido
en una extraña y misteriosa enfermedad que lo deja en estado vegetativo luego
de traducir un texto en lengua aymara. Los médicos le diagnostican agnosia e
ilusión de Cotard (la primera, no le permite reconocer a nadie ni a nada y la
segunda le hace creer que está muerto), pero Arnau está convencido de que el
mal que padece su hermano proviene de la investigación que estaba realizando en
la universidad.
Para encontrar
el remedio Arnau estudia a fondo el trabajo de Daniel y luego emprende, de
forma decisiva, una exploración arqueológica que lo llevará, acompañado de sus
amigos Marc y Lola, hasta las ruinas de Tiwanacu y al mismísimo corazón de la
selva amazónica. Allí intentarán resolver misterios de la historia de la
Humanidad que aún permanecen sin solucionar, además de buscar la cura para que
su hermano recupere la normalidad de su vida y el contento de su existencia.
Es
una novela que recomiendo a todos aquellos amantes de la narrativa histórica
pues nos acerca al quehacer de aquellos hombres y mujeres de culturas ancestrales
que poseen en sí mismos todos los rasgos integrales, de conciencia y sabiduría
que han desarrollado, en un efectivo perfeccionamiento, en su forma de verse y
ver el mundo.
Martha
Jacqueline Iglesias Herrera
Sobre la autora: Matilde
Asensi Carratalá (Alicante, 12 de
junio de 1962) es una periodista y escritora española, que se dedica
principalmente a la novela histórica y de aventuras. Estudió periodismo en la
Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó durante tres años en los
informativos de Radio Alicante-SER, después pasó a Radio Nacional de España (RNE)
como responsable de los informativos locales y provinciales, ejerciendo
simultáneamente como corresponsal de la agencia EFE, y colaborando en los
diarios provinciales La Verdad e Información. Publicó su primera novela, El
Salón de Ámbar, a los 37 años, y desde entonces ha venido sacando un libro cada
año o año por medio. El éxito la ha acompañado: sus obras, que han ganado
numerosos lectores y premios, han sido traducidas a 15 idiomas. Su tercera
novela, El último catón, es posiblemente la más conocida y aclamada
internacionalmente.
Ha
sido finalista de los premios literarios Ciudad de San Sebastián (1995) y
Gabriel Miró (1996) y ha obtenido el primer premio de cuentos en el XV Certamen
Literario Juan Ortiz del Barco (1996), de Cádiz, y el XVI Premio de Novela
Corta Felipe Trigo (1997), de Badajoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario