Si has perdido tu
nombre
recobraremos las
puntadas de las calles más solas
para llamarte sin
nombrarte.
Si has perdido tu
casa,
despistaremos a los
guardianes de la cárcel
hasta dejarlos con
su sombra y sin sus muros.
Si has perdido el
amor,
publicaremos un
gran bando de palomas desnudas
para atrasar la
vida y darte tiempo.
Si has perdido tus
límites,
recorreremos el
cruento laberinto
hasta alzar otra
forma desde el fondo.
Si has perdido tus
ecos o tu origen,
los buscaremos, pero
hacia adelante,
en el templo final
de los orígenes.
Solamente si has
perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de
nuevo.
Roberto Juarroz