Jackzazel es una conquista: la de los mundos inasibles y
el ser por medio de la colonización del sueño.
Cuenta
la leyenda que su madre era una maga y su padre un ángel que abrió el cielo en
relámpagos para su divino despertar. Pertenece a una raza de gigantes ya
extintos.
Su
esposa, Shubrayhm, lleva el nombre de la Soledad. Las alas heredadas de su
padre no le sirven en un cuerpo mortal, por eso se vale de su Sombra, un puma
volador, para cabalgar por cielos infinitos. También se auxilia del planeta,
que es su balsa, para conocer lo ignoto de otros mundos.
Su
búsqueda suprema será Kaligracile, un estado de conciencia que tiene necesidad
de manifestarse de una forma típicamente temporal. Para alcanzar Kaligracile
deberá atravesar el desierto mítico de Sayhantai donde los éteres planetarios
están muy concentrados y puede percibirse la agitación o movimiento de la
esfera iluminadora (morada de los ya fallecidos).
Su
maestro se llama Mí Mismo, el cual no está limitado ni por la forma ni por la
acción… es puro estado de existencia. Él es tan raro como la flor del Udumbara
que florece una vez en tres mil años.
Jackzazel es un canto para alcanzar un punto de elevación
desde el cual se puede contemplar, a pesar de nuestra manifiesta
insignificancia, el anchuroso horizonte que mella los límites de las
imposibilidades del hombre, amplificando el ser un paso más allá de sí mismo.
Es un caos, un maravilloso caos pincelado de matices filosóficos, dentro del
cual pueden oírse los acordes de una inusitada música.
Martha Jacqueline Iglesias Herrera
Canto
I
Soy Jackzazel…
Nazco cien años antes de mi nacimiento para asombro del
mundo.
Mi padre es un ángel que abrió el cielo en relámpagos
para que la lluvia de luces cegara los ojos de mi madre
que nunca pudo verme.
Para Dios no habrá paz en mi existencia
y para los hombres mi canto sólo alimentará la hora de mi
cumplida muerte.