lunes, 31 de julio de 2017
Poema VI
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Helen Juliet,
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Amante del arte en todas sus manifestaciones.
Me interesan además los temas sobre fenómenos paranormales, mundos trascendentes y desarrollo psíquico.
martes, 11 de julio de 2017
Guillermo Lorca García-Huidobro: Una visualidad temática muy contemporánea.
Guillermo Lorca (1984) es un joven chileno de asombroso talento artístico. Con tan solo 33 años y formación autodidacta ha realizado una obra pictórica de gran calidad, donde al virtuosismo de la técnica hiperrealista se suma una visualidad temática muy contemporánea.
Realiza pinturas que parecen fotografías al
estilo de grandes maestros como Claudio Bravo y Muñoz Vera.
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Pintura
Yo soy un sueño, un imposible… vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpóreo, soy intangible…
viernes, 7 de julio de 2017
Dopo la pioggia...
Oltre il vetro
strano
questo silenzio
di amore.
Nulla ascolto nel tuo volto
come tremante scialle ordito.
Ti sento venire attraverso la luce
e gocciolare dentro la luce.
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Anna María Fasolo,
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Amante del arte en todas sus manifestaciones.
Me interesan además los temas sobre fenómenos paranormales, mundos trascendentes y desarrollo psíquico.
lunes, 3 de julio de 2017
Aanroo (poema)
Los siete espíritus ordenan las palabras de Job
en el canto de las cien mil estrellas.
Y a veces se hace lejos para el rayo de Sirio.
Tu reino fue
fundado sobre la tierra negra
donde un fulgor
sustrajo la sal de su simiente.
Así, como el
presagio labra el Cuerno de Amatea
entre las
ceremonias de la ley.
Ellos marcharon
ya…
confundidos con
la bruma de las primeras aguas,
rocío de miel
en la rama de muérdago
para resucitar
a la bondad decapitada
en los altos
corredores de la penitencia.
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Esteban Fernández,
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Yo soy un sueño, un imposible… vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpóreo, soy intangible…
miércoles, 14 de junio de 2017
Inscripciones del tiempo...
Inscripciones
del tiempo en la mudanza de visiones
que
fraguan las imágenes
donde la
eternidad deja caer a los protagonistas del mito
en el
mensaje de la esfinge.
¿Dónde llevaba el labio la señal
del astro nacido para cumplir la rotación
de lo que llega con la memoria que clausura
el idioma de otra edad consumida
tan solo a manera de un presagio?
Se cerraron las puertas.
Ningún guardián en el umbral al rojo dio paso a lo
perdido
en el brillo de la creciente noche;
pero alguien despliega la ceremonia del misterio
para erigir la llamarada tenida en lo invisible de
todo poderío,
reclamo que viste de fortuna a los desnudos del
ahora
oculto en la mirada del arcángel.
Se ignoran las pisadas nacidas del soplo de lo alto,
la arcilla donde adorar el ciclo de la posible
ofrenda.
Ellos miran callados.
A veces… una pluma se desprende
de las regiones donde pueblan el duelo.
Y acaso donde estén
el tiempo oculte las señales que no supimos ver:
horizontes a tientas leídos en secreto
en cada línea de la mano,
incendios que anunciaban su máximo fulgor
dejando a cada paso un testimonio de cenizas,
alfabetos roídos por la invisible grafía
de arcanos imposibles.
Se alza la copa de la Estigia.
¿Alguien rompió el pacto de aquellos juramentos?
El resto se cumple en el silencio,
entre las procesiones que organizan la ausencia
con ese irse más lejos cada vez.
Estigia:
Hija del Titán Océano. Guardiana de
los juramentos.
Martha
Jacqueline
Del
Poemario: “La piedra del designio”.
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Poesía Martha Jacqueline
Amante del arte en todas sus manifestaciones.
Me interesan además los temas sobre fenómenos paranormales, mundos trascendentes y desarrollo psíquico.
jueves, 8 de junio de 2017
Mis amores...
Hoy
han vuelto.
Por todos los senderos de la noche han venido
a llorar en mi lecho.
¡Fueron tantos, son tantos!
Yo no sé cuáles viven, yo no sé cuál ha muerto.
Me lloraré yo misma para llorarlos todos.
La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.
Hay cabezas doradas a sol, como maduras...
Hay cabezas tocadas de sombra y de misterio,
cabezas coronadas de una espina invisible,
cabezas que son rosa, la rosa del ensueño,
cabezas que se doblan en cojines de abismo,
cabezas que quisieran descansar en el cielo,
algunas que no alcanzan a oler a primavera,
y muchas que trascienden a las flores de invierno.
Todas esas cabezas me duelen como llagas...
me duelen como muertos...
¡Ah...! y los ojos...los ojos me duelen más: ¡son dobles..!
Indefinidos, verdes, grises, azules, negros,
abrasan si fulguran,
son caricias, dolor, constelación, infierno.
Sobre toda su luz, sobre todas sus llamas,
se iluminó mi alma y se templó mi cuerpo.
Ellos me dieron sed de todas esas bocas...
de todas esas bocas que florecen mi lecho:
vasos rojos o pálidos de miel o de amargura
con lises de armonía o rosas de silencio,
de todos esos vasos donde bebí la vida,
de todas esos vasos donde la muerte bebo...
El jardín de sus bocas, venenoso, embriagante,
en donde respiraban "sus almas" y "sus cuerpos".
Humedecido en lágrimas
han rodeado mi lecho...
Por todos los senderos de la noche han venido
a llorar en mi lecho.
¡Fueron tantos, son tantos!
Yo no sé cuáles viven, yo no sé cuál ha muerto.
Me lloraré yo misma para llorarlos todos.
La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.
Hay cabezas doradas a sol, como maduras...
Hay cabezas tocadas de sombra y de misterio,
cabezas coronadas de una espina invisible,
cabezas que son rosa, la rosa del ensueño,
cabezas que se doblan en cojines de abismo,
cabezas que quisieran descansar en el cielo,
algunas que no alcanzan a oler a primavera,
y muchas que trascienden a las flores de invierno.
Todas esas cabezas me duelen como llagas...
me duelen como muertos...
¡Ah...! y los ojos...los ojos me duelen más: ¡son dobles..!
Indefinidos, verdes, grises, azules, negros,
abrasan si fulguran,
son caricias, dolor, constelación, infierno.
Sobre toda su luz, sobre todas sus llamas,
se iluminó mi alma y se templó mi cuerpo.
Ellos me dieron sed de todas esas bocas...
de todas esas bocas que florecen mi lecho:
vasos rojos o pálidos de miel o de amargura
con lises de armonía o rosas de silencio,
de todos esos vasos donde bebí la vida,
de todas esos vasos donde la muerte bebo...
El jardín de sus bocas, venenoso, embriagante,
en donde respiraban "sus almas" y "sus cuerpos".
Humedecido en lágrimas
han rodeado mi lecho...
Y
las manos, las manos colmadas de destinos,
secretas y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia,
manos que están colmadas de la flor del deseo,
manos en que se siente un puñal nunca visto,
manos en que se ve un intangible cetro;
pálidas o morenas, voluptuosas o fuertes,
en todas, todas ellas, puede engarzar un sueño.
Con tristeza de almas se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente vestidos de deseo.
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
como invisible abismo se inclinan en mi lecho...
¡Ah, entre todas las manos, yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpos,
de todas las cabezas yo quiero tu cabeza,
de todos esos ojos, ¡tus ojos sólo quiero!
Tú eres el más triste, por ser el más querido,
tú has llegado el primero por venir de más lejos...
¡Ah, la cabeza oscura que no he tocado nunca
y las pupilas claras que miré tanto tiempo!
Las ojeras que ahondamos la tarde y yo inconscientes,
la palidez extraña que doblé sin saberlo,
ven a mí: mente a mente;
ven a mí: cuerpo a cuerpo.
Tú me dirás que has hecho de mi primer suspiro...
Tú me dirás que has hecho del sueño de aquel beso...
Me dirás si lloraste cuando te dejé solo...
¡Y me dirás si has muerto...!
secretas y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia,
manos que están colmadas de la flor del deseo,
manos en que se siente un puñal nunca visto,
manos en que se ve un intangible cetro;
pálidas o morenas, voluptuosas o fuertes,
en todas, todas ellas, puede engarzar un sueño.
Con tristeza de almas se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente vestidos de deseo.
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
como invisible abismo se inclinan en mi lecho...
¡Ah, entre todas las manos, yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpos,
de todas las cabezas yo quiero tu cabeza,
de todos esos ojos, ¡tus ojos sólo quiero!
Tú eres el más triste, por ser el más querido,
tú has llegado el primero por venir de más lejos...
¡Ah, la cabeza oscura que no he tocado nunca
y las pupilas claras que miré tanto tiempo!
Las ojeras que ahondamos la tarde y yo inconscientes,
la palidez extraña que doblé sin saberlo,
ven a mí: mente a mente;
ven a mí: cuerpo a cuerpo.
Tú me dirás que has hecho de mi primer suspiro...
Tú me dirás que has hecho del sueño de aquel beso...
Me dirás si lloraste cuando te dejé solo...
¡Y me dirás si has muerto...!
Si
has muerto,
mi pena enlutará la alcoba lentamente,
y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo.
Y en el silencio ahondado de tinieblas,
y en la tiniebla ahondada de silencio,
nos velará llorando, llorando hasta morirse
nuestro hijo: el recuerdo.
mi pena enlutará la alcoba lentamente,
y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo.
Y en el silencio ahondado de tinieblas,
y en la tiniebla ahondada de silencio,
nos velará llorando, llorando hasta morirse
nuestro hijo: el recuerdo.
Sobre la autora: Delmira Agustini. Poeta uruguaya
nacida en Montevideo en 1886, en el seno de una familia burguesa descendiente
de alemanes, franceses y porteños.
Desde
muy corta edad incursionó en el campo poético publicando su primer poemario, El libro blanco en 1907. Luego aparecieron Cantos de la mañana en
1910 y Los cálices vacíos.
Mujer de gran sensibilidad y sensualismo, asombró a Montevideo y Buenos Aires con sus libros de versos. Contrajo matrimonio en 1913. Su matrimonio fracasó a los dos meses, y un año después, en 1914, murió asesinada por su marido quien se suicidó después.
Después de su muerte se publicaron dos composiciones más: El rosario de Eros y La alborada. ©
Mujer de gran sensibilidad y sensualismo, asombró a Montevideo y Buenos Aires con sus libros de versos. Contrajo matrimonio en 1913. Su matrimonio fracasó a los dos meses, y un año después, en 1914, murió asesinada por su marido quien se suicidó después.
Después de su muerte se publicaron dos composiciones más: El rosario de Eros y La alborada. ©
Pintura de Omar Ortiz
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Delmira Agustini,
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