Ya todo
es después en los conjuros…
tu vuelo
fue soborno dos veces en lo inefable.
Con el
ayer en el portal de la memoria,
tanta
marcha a favor de un sello en la vigilia…
donde creíste
encontrar las posesiones,
algún
paso invisible en el umbral,
un
idioma de sombras atravesando el río de la muerte,
tu parte
legendaria en lo que ha de venir.
Tal vez
sea imposible llegar al otro lado
sin el
oro del rastro que te dejaste aquí…
entre la
ausencia del que parte
desde su
nacimiento a lo logrado…
con sus
antiguas lámparas que abren
hacia el
altar de la indulgencia
entre
los testimonios de la luz,
o con el
soplo de algún astro
sobre el
escribiente de los dioses
inmolado
en nombre de algún sur
que
trueca la lumbre del mañana
por un
siglo a punto de nacer.
Tal vez
te pruebes de nuevo los disfraces:
los
verdes, las nostalgias, los por qué,
los
sitios solitarios uno por cada año,
los
límites, lo roto, lo divino…
y todo
te transcurra sin saber.
Esteban D. Fernández
Del Poemario: "Recuérdame".