Abrazada entre
las palmas del recuerdo.
Una isla perdida
y derramada en un piélago de ausencias.
Sabiéndote.
Nombrándome en
la nieve lejana de otro espejo.
Este país se
agranda en mis pupilas.
Se desborda
entre mis piernas. No me sirve.
Sin el espacio
apretado de tu cuerpo
Toronto es una
mentira larga.
Una huida. Un gruñido infinito.
Un exilio.
Dessiré