(…) y
desde el fondo de los ojos alguien me mira,
es un
pasaje entre el presente y la distancia, adentro mío,
rezo o
señal de un mundo en que creerme humano, vivo,
canto
que suena del lado sereno del silencio, en la muerte mágica del día,
en un
lupanar de sueños que me fondearon los ojos
mirando…
mirándote…
y la lluvia,
y la
luna esclava de una oscuridad que sangra urgente por mis labios
(como
la sombra de un árbol se sangra junto al río y canta y se va en las aguas),
y nada
me reemplaza espejos, ni me palpita más hondo que tu canto,
ni me
destiñe la herencia de la carne como un lampazo seguro de tu sombra…
…allá
será acá,
acá es
un mundo tan extraño que no puedo detener y se hace allá, en tus manos,
retumba
el grito de cien, de cien mil gargantas que deletrearon de norte a sur la
huella
heridas
en el kultrun e hilando hondo el secreto de ser tierra,
deshilándose
dulzura entre los pliegues del paño que te desnuda…
y la lluvia abriendo venas como acequias,
le dan
nuevos ríos al instinto de haber nacido de cara al tiempo,
mirando…
mirándonos…