…y
cuando no sepa el rastro, habré ido demasiado lejos,
quizá
no haya forma de quedar rondando entre las viejas palabras,
quizá
un poema no haya sido suficiente, ni cien, ni todos,
como
no lo tuvo Pablo, como no lo dijo Julio, como Jorge Luis calló en los ojos…
…y
el sol que muerde los párpados,
y
la luna que los carcome despacio con su cera aguardentosa…
callo
también en mi sombra, amanecido sin juicio y sin ventana
en
la emoción astillada de la historia que nunca quiso el latido del suicida
y
se hundió el puñal al fondo de la carne, pa’ que no la rompa el frío,
pa’
irse en sangre caliente y terminar la batalla…
si cuando muere el guerrero acaba el
filo de su hambre,
si
cuando muere la hambruna ya no hay vida, ni ganas, ni sueños,
prefiero
la chuza fiera cuando todavía existo,
antes
que dejarme roña en los basurales viejos y abichados de la suerte
que
con más roña me propuso arriar banderas, escupir pájaros al viento, andar sin
luna…
…callo
en los ojos, callo en las manos… el silencio no es olvido,
sólo
es guardar el recuerdo pa’ morir con lo mejor que te dije,
la
única palabra digna de ser la vida y la muerte,
con
su infinito misterio y su infierno de silencio… esa palabra callada,
que
no se puede gritar, que no merece explicarse, que manda sobre el tiempo
y
anda sin un poema…
Horacio De Stefano