"... Y para la
vida de un viajante, no existe un fondo sólido de roca. Un viajante no sabe
apretar una tuerca, no habla de leyes ni prescribe una medicina. Es un hombre
que sale ahí, al azul, con una sonrisa y los zapatos brillantes.
Y cuando
empiezan a no devolverle las sonrisas… hay un terremoto. Y entonces tienes un
par de manchas en el sombrero, y estás acabado. Que nadie culpe a este hombre.
Un viajante está hecho para soñar, muchacho.
Viene
con el territorio".
Arthur Miller