Nunca había leído ninguna obra de Allan Folsom y he decir que esta novela lo ha situado entre los autores que han despertado mi interés para continuar leyéndolo. Nada más mirar el título de esta obra sentí una gran curiosidad sobre la trama pues, como muchos saben, Maquiavelo fue un escritor florentino que es considerado padre de la Ciencia Política Moderna. Su obra: “El Príncipe”, que es una especie de tratado de doctrina política, figura entre mis libros de cabecera.
Pues bien, el eje de la novela gira sobre una leyenda en la que se plantea que, en su lecho de muerte, Maquiavelo escribió una adenda a El Príncipe, una especie de programa secundario para obtener el poder. El mismo consistía en la creación de una sociedad secreta que tendría como norma gobernante la complicidad. Esta hermandad de sangre debería participar en un asesinato ritual: un sacrificio humano que debería ejecutarse una vez al año en un templo o una iglesia para darle a la ceremonia un matiz religioso. Como requisito se exigía que cada participante firmara un diario en el que se recogerían los nombres, fechas y lugares, además del nombre y forma de morir de la víctima y una huella digital con la sangre de los miembros impresa en el diario junto a la firma. Esto garantizaba la fidelidad a la sociedad pues la exposición pública del mismo conllevaría a la ruina y muerte de los implicados.
Pero se plantea que la adenda nunca llegó a los lectores que pretendía llegar y fue llevada a Roma donde cayó en manos de un grupo muy poderoso e influyente que la utilizó y la ha seguido utilizando durante siglos como base ideológica para sus propios fines. Para los que conocen este credo, la adenda se conoce como: “La Conspiración Maquiavelo”.