—Como dice Daniel —sonrió—, no existen las casualidades. Yo también tengo varios textos que he ido extrayendo de obras clásicas. Mis estudios sobre ello son predicciones que a más de uno le pondrían los pelos de punta. El ser humano no es Dios y nunca llegará a serlo, pero puede sentarse a su derecha si sigue los pasos correctos para llegar hasta Él. Dios es el padre de la criptografía. Y la criptografía es más que una técnica para descifrar mensajes ocultos o para ocultarlos, es toda una disciplina con la que puedes llegar a lugares y sitios insospechados, aparentemente invisibles al ojo humano. Todos los códigos tienen varias dimensiones, y todos son utilizados para enviar mensajes, tanto orales, acústicos o visuales como táctiles o sensitivos. Sólo hay que intentar descifrarlos, seguir su rastro. Ir descartando uno tras otro hasta llegar al correcto.
ANTONIA DE J. CORRALES
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