“La decisión que ha tomado Ignacio a sus treinta y cinco años es
incomprensible para cualquier persona racional: aislarse del mundo. Pero su
comportamiento anómalo responde a un motivo que solo él conoce, un doloroso
secreto que se irá desentrañando con los testimonios de diferentes personas
ligadas a su vida, su propio monólogo interior y la tenacidad de una psiquiatra
que se ha propuesto convertirlo en un hombre libre. Habitación sin vistas es
una crónica kafkiana que pone de manifiesto la vulnerabilidad del ser humano”.
Hoy quiero hablarles de una
novela que quedó finalista en la 46ª edición del Premio Internacional
de Novela Corta “Ciudad de Barbastro”, fallado el 15 de mayo de 2015, se trata
de: “Habitación sin Vistas” de Maribel Romero.
Para
los que somos asiduos lectores de la obra de esta excelente autora, no nos
extrañará que siga cosechando lauros a lo largo de su carrera literaria. Todos
conocemos su rigurosidad, su impecabilidad a la hora de abordar temas
complejos, así como su habilidad para desarrollar la psicología de sus
personajes.
Y en
esta novela específicamente Romero despliega toda su maestría entretejiendo el
monólogo interior de su protagonista con una destreza admirable. Al comenzar la
lectura no podemos menos que preguntarnos: ¿Por qué Ignacio, un joven de
treinta y cinco años, decide aislarse del mundo encerrándose en su habitación
por un larguísimo período de tiempo?
Según
datos que va aportando la novela comprenderemos que el mal que padece el
protagonista es un fenómeno creciente en Japón. Se les llama a estos “reclusos
en su cuarto”: hikikomori, o sea,
son gente apartada que ha escogido abandonar la vida
social, a menudo buscando grados extremos de aislamiento y confinamiento,
debido a varios factores personales y sociales en sus vidas. Buscando más
información en internet sobre este grupo de personas he encontrado que en la
terminología occidental, este grupo puede incluir individuos que sufren de fobia
social o problemas de ansiedad social. Esto también puede ser originado por agorafobia,
trastorno de personalidad por evitación o timidez extrema. Este encierro
voluntario como medio de evitar la presión exterior puede conllevar largos
períodos de tiempo, e incluso, años.
En el caso específico que nos
ocupa, veremos que Ignacio tiene sobrados motivos para llegar a esa
determinación. Pero no me adelantaré para que sean ustedes mismos quienes los
descubran.
Sólo diré que lo real y lo
ficticio tienden a fundirse en las quebraduras íntimas de los personajes y que
la obra es pródiga en demostraciones de cómo conjugar datos, confesiones,
coyunturas de espacio y tiempo, análisis personales. Lo aparentemente
indescifrable de la situación nos muestra a la existencia con una oscuridad que
nos deja perplejos por medio de la elocuencia de las imágenes.
En fin, me ha parecido una novela
interesantísima desde todos los ángulos, sobre todo desde el punto de vista de
sus huellas emocionales, de lo que dice, incluso, cuando calla… tratando, con
un éxito indiscutible, de horadar las capas más profundas de la psiquis.
Una vez más felicito a su autora
y recomiendo a todos aquellos que aún no se han acercado a su obra que lean: “Habitación sin Vistas”.
Martha Jacqueline Iglesias
Herrera
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