Se va por la tierra andando como extraño y
como loco, buscando seno donde reclinar la cabeza, labios donde poner los
labios, hogar en que dar calor al corazón. Y se halla, y todo es bello de
repente: abandónase el espíritu a los placeres de la confianza: germen caliente
reanima el perezoso jugo de las venas. No es amor la solicitud de los
presuntuosos, ni las vanidades de la mujer, ni los apetitos de la voluntad.
Amor es que dos espíritus se acaricien, se entrelacen, se ayuden a levantarse de la tierra en un solo y único ser. Nace en dos con el regocijo de mirarse, alienta con la necesidad de verse; crece con la imposibilidad de desunirse: no es torrente, es arroyo; no es hoguera, es llama; no es ímpetu, es ternura, beso y paz.
José Martí
Sobre la imagen: Venus e Cupido de Alessandro Allori, Musée Fabre, Montpellier.
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