Finitud
A
fuerza de amanecer los ojos se me llenaron de diario. Ahora dentro de mí quedan
las cosas y yo dejé de tenerme. ¿Cuándo pasé a ser la finitud para certeza del
afuera?
Ayer
Lejano
ayer, ignorante a este tránsito. Corto de aliento para costear el menudeo del
sueño de mis amanecidas. Siempre su gusto en mí. Ese gusto a silencio tibio con
un dejo a olvidanza. Enraizado brutal que abre la concha bajo su velo de
penumbra.
Trazos
Solo
pido a mis ojos que no olviden el trazo primigenio de su mirada: soñar el sueño
advenedizo de una escalera, entre el urgente grito de un cundiamor y una
crisálida.
Miradas
Los
altos muros trajeron un frío de ciudad, que limpió a los hombres de su paz como
a las casuarinas de hojas.
Se
hizo blanco el hollín desde nuestras miradas de invierno.
Contrastes
Nevé
dentro… en lo más hondo mío, para trazarles caminos al afuera; y hallar algún
color, tan solo uno, con que entibiar mi casa.
Costumbre
Adiestré
las cosas más simples desde el trazo, y les nací raíces poderosas que beben los
abismos escarchados por el hábito.
Intuición
Cerré
el gesto antes de intentar abrir lo que objeta la llave de mi instinto.
La ciudad
La
ciudad rompió mis soledades solo para incubar las de ella. Al final, sembró su
germen de gran animalejo. Y quedé huérfana de mis ausencias breves, doblada por
el centro, de toda tentativa agazapada, socorrida por un enorme insostenible.
Stress
No
hay bondad en la fiereza de esta mañana sin puertas, grávida de metales y
apabullada de cláxones.
Con
mi saliva alzo mi sombra hasta alguna vez.
Lluvia
Esta
lluvia ¡por dios! Huele a todas las lluvias. Fragancia de lo disperso.
Curtiembre de aromas de tormenta, de viento laceando su destino.
Recuerdos
Allí
están… entre las cáscaras del tiempo, con el estrangulamiento del cosido: los
recuerdos. Habitan entre mis prendas íntimas, la crema de avena y la colonia de
violette.
Se
entreabren como restos trenzados de silencio, en la tibieza de sombras
almidonadas y la letanía de rasguño del encierro.
Para
desdoble del pasado, la pegajosa sensación de lo vivido.
Vida
En
mi agujero todo tengo. Desde la losa ajedrezada que alberga la multitud de
huellas, hasta el claro del bosque más recóndito, donde los musgos se apoderan
de la piedra como mi necesidad se ciñe de las cosas.
Pero
el amor es pájaro con ansiedad de trecho largo, cobijo de horizonte. Se posa
tibio en la enramada transparencia. Allí nace, crece y vive abriendo surco a la
intemperie.
Para
morir de vuelos… sepultado entre dos vueltas de aire.
Himalaya
Arrulla
la brutal costumbre del afuera. Se engolfa en mí un resuello hondo, citadino.
Me hundo en el beneficio de mi lezna de caracol, que taladra la remota luz
donde la soledad es anterior y rumia obstinada.
Amanecer
Se
desdoblan las sendas del sueño. Burlado está el cerco de la noche. Costean de
las sombras, las orillas.
Una
fisura crece en rango: a puerta. Y todo es fuga que se abre al infinito claro
de un secreto.
Martha Jacqueline
Del Cuaderno: Instantáneas...