“¡Busco
a Dios!, ¡Busco a Dios!”…
El Loco-La Gaya Scienza- Nietzsche.
Convertí mi vida en ruta
tras una amanecida como Samsa.
Yo fui el que prendió la luz a mediodía.
El que corrió desgañitado como loco
al percatarse que anochecía más de prisa
y que llevábamos los restos de Dios
entre las manos.
También alcé mi voz inútilmente
ante el horror de ver el horizonte
faltándole al paisaje,
destejiendo su tinte en las esponjas
-las mismas-
que suprimieron el signo a mis preguntas
haciendo del fulgor astillas de cien sombras.
Yo
fui aquel que no fue visto.
Quien deambuló entre los flancos del asombro
y subrayó del último silencio
en plena anochecida
desde el último réquiem
su andamiaje óseo de baluarte.
Yo
fui el cuerdo. Yo… fui el loco.
Esteban D. Fernández