jueves, 27 de octubre de 2016

Tu nombre



He fundado tu nombre en todo cuanto fui.
Pero ese no es el dominio de ninguna esperanza.

Desde allí no se llega al rostro del hechizo
donde es fuego la encina en las ruinas de Dódona;
ni el naipe de los días reconoce su acierto,
escudado en nombre de un azar,
que oculta las alianzas de conjuros y ofrendas
en los sobres lacrados del tiempo.

La soledad no es algo que dejó de existir.
Aún busco en lo triste de su arcilla lo ardiente,
la promesa del paso donde marchaste igual
que el relevo de un ángel entre las brumas del destierro,
cercano todavía como el instante del adiós
sellado por lo oscuro de todo cuanto tengo.

Tal vez fueron inútiles los ritos y los viajes,
ese buscarte a tientas bajo el pacto de nunca
dejarnos demasiado de la mano del sueño;
la carne de aceptarte en el prodigio que huye
del latido inequívoco de los deslumbramientos.

Acaso donde estoy otra vez todavía
llegues, con los ojos de amar, al fondo de lo cierto,
o urdiendo en los confines de la visión más íntima
develes el umbral de cada juramento.

¡Quién nos salvara donde el olvido alcanza
lo que no pudo nunca,
quién nos librara!


Martha Jacqueline
Del Poemario: "Si no fuera de ti"