martes, 28 de enero de 2014

Oración


Que pueda este siglo contener la hornada de tus años
y reinventar el pulso de tu otro –yo- dormido.

Que mi amor aparte, siegue, arrastre tu derrota,
como una diáspora de desarraigos sin herencias
apenas concebidos en el reverso gris de otras historias.

Que pueda el dolor nacido de mi pecho
paliar el golpe del tiempo allá en tus ojos,
y mi vientre –insurrecto, tibio, brasa- te contenga,
cartografiado en el gesto de mi cuerpo
semilla, hombre, memoria.

Que pueda el rastro de mis pies alcanzarte
y socorrer el rumbo incierto de tus pasos.

Que la muerte sea camino –no llanto-
otro puerto –no ausencia-
apenas otra suerte en estampida
de esto que habitamos o nos habita,
en los paisajes que nadie ve porque no existen
y que, sin embargo, tú y yo sabemos,
viven en nosotros.